ARAGÓN 2012

En esta ocasión viajaremos a lo largo del tiempo para retrotraernos al medievo en tierras aragonesas, concretamente a Sos del rey Católico y San Juan de la Peña, lugares llenos de encanto y cargados de historia.


SANGÜESA


En los límites de Navarra, antes de adentrarnos en Aragón, descubrimos un pueblo con una fantástica iglesia: Santa María la Real, considerada como una de las obras cumbre del románico en España. De línea esbelta y medianas proporciones, fue construida entre los siglos XII y XIV, su estilo corresponde a la transición del románico al gótico.


Alfonso I el Batallador donó el palacio de Santa María en 1131 a los caballeros de San Juan de Jerusalén, y estos se hicieron cargo del templo ampliándolo para convertirlo en parroquia de la ciudad tal y como lo contemplamos hoy en día.









La portada del templo es la parte mas destacada del conjunto. La parte superior nos muestra el Juicio Final representando a los apóstoles y a Cristo glorioso realizado por maestro de San Juan de la Peña. La parte inferior fue realizada por el maestro Leodegarius, lleva incluso su firma. En la portada se representan varios acontecimientos evangélicos y personajes de la vida cotidiana medieval.




SOS DEL REY CATÓLICO


Ya en tierras aragonesas, concretamente en la provincia de Zaragoza, pudimos visitar Sos del Rey Católico, villa situada en lo alto de una cima. Sos fue un importante lugar estratégico entre dos reinos: Navarra y Aragón.







Nada mas llegar podrás apreciar sus casas de piedra centenarias, aleros de madera, fachadas con sillares, escudos heráldicos, ventanas góticas y renacentistas, junto a sus calles empedradas.


La villa esta configurada, como manda la tradición medieval, en el interior de un recinto amurallado, conservándose aún siete de sus puertas de acceso.



El Ayuntamiento, de estilo Renacentista data de finales del s.XVI y sobre la puerta principal podemos ver el escudo de la villa. Su alero es típicamente aragonés y en la planta superior existe una galería con arcos de medio punto. Junto al ayuntamiento se encuentra la antigua Lonja y el soportal donde se daba cita el mercado en la edad media. 






Tomando una calle hacia arriba llegamos a la iglesia de San Esteban de estilo Románico, data del s. XI. Su portada ya muy deteriorada nos muestra los signos del paso del tiempo, y casi borrosas se puede apreciar en ella San Juan el Evangelista, el Rey David y la Reina Estefanía. En el interior destaca la pila bautismal donde fue bautizado Fernando el Católico. En la cripta de Santa María del perdón se pueden apreciar bellísimos frescos del s.XIV.





Sos también es conocida por la película La Vaquilla rodada en 1985 por el director Luis García Berlanga, en la que actuaron como extras muchos de los vecinos de la localidad.







En la misma plaza de la iglesia se puede apreciar unas vistas fabulosas de la sierra, y justo encima del templo, sobre una ladera existe la Torre del Homenaje. Se trata del vestigio de lo que en antaño fue el castillo construido en el s.X para defender la frontera frente a la invasión árabe. La torre que data del s.XII es lo único que se conserva del castillo.




El Palacio de Sada es uno de los edificios mas emblemáticos de la villa, ya que fue alli donde nació Fernando el Católico en 1452.  Junto al palacio se encuentra la iglesia de San Martín de Tours del s.XIII.






El Palacio “Español de Niño” es de estilo renacentista, del s.XVI. Durante el s.XIX funcionó como colegio para niñas. Hoy en día es el Palacio de Congresos. Destaca su acceso con un rico lenguaje arquitectónico.







Cerca de estos palacios se encuentra el barrio de la Judería, una calle empinada, donde podrás admirar la arquitectura de la localidad, con sus puertas y contra-ventanas corroídas por el tiempo.







Casas de piedra, puertas envejecidas por el tiempo, bisagras, aldabas, hace que te sientas inmerso en el espíritu medieval de la Villa.










SANTA CRUZ DE LA SERÓS Y SAN JUAN DE LA PEÑA


Tomando la carretera dirección Jaca, y divisando el fantástico embalse de Yesa, llegamos a Santa Cruz de la Serós, un pueblo situado en la provincia de Huesca, por el cual hay que pasar para ascender a las montañas y poder disfrutar de el Monasterio de San Juan de la Peña.


Santa Cruz de la Serós es un pueblo lleno de encanto, sus casas de piedra, sus tejados revestidos en pizarra, sus calles empedradas, todo ello rodeado por montes, en plena naturaleza bajo los Pirineos. 







La iglesia de Santa María es el monumento mas representativo de la población. Su origen se remonta al s.X, de estilo Románico, presenta un frontal con un solo ábside y un perfil escalonado, de sur a norte; en el que destaca la formidable torre rematada por el cuerpo octogonal que contiene la bóveda. Destaca su portada y el crismón que lo preside.






Existe otra iglesia, la de San Caprasio, también de estilo Románico. Data del s. XI, y se clasifica dentro de un estilo “románico lombardo”. La sobriedad del interior se ve aligerada en el exterior por la utilización de lesenas y arquillos lombardos, incluso en el frente occidental, donde se abre la portada de ingreso, que confieren a los muros un mayor juego volumétrico y lumínico.




Tomando la carretera y ascendiendo a los altos montes, dirección al Monasterio de San Juan de la Peña, pudimos divisar bellas estampas de los montes Pirineos. Se trata de el monasterio más importante de Aragón en la alta Edad Media.





El conjunto del monasterio se compone por: Monasterio Viejo, donde se dio origen al mismo, que data de los s. XI-XIII y el Nuevo del s.XVII, este último situado en lo alto de la montaña.




El Monasterio viejo, de estilo Románico, fue construido en el s.X bajo una enorme roca, aparece perfectamente mimetizado en el entorno natural. 




Vistas exteriores del Monasterio Antiguo. El conjunto es sobrecogedor, una gran mole pétrea abriga el misterioso templo.




En esta foto podemos apreciar lo que en origen fue la iglesia pre-románica. En aquella época estas salas estaban pintadas en colores intensos, pero debido a la peste se tuvo que aplicar cal viva, y las pinturas han  desaparecido, mostrándonos unos muros de piedra en la actualidad.




En su interior destacan la iglesia pre-románica, las pinturas de San Cosme y San Damián, del siglo XII, el denominado Panteón de Nobles, la iglesia superior, consagrada en 1094, y la capilla gótica de San Victorián, pero sobre todo sobresale el magnífico claustro románico, obra de dos talleres diferentes. A todo ello hay que sumar otros edificios posteriores a los siglos medievales, entre los que cabe señalar el Panteón Real, de estilo neo-clásico, erigido en el último tercio del siglo XVIII, bajo el reinado de Carlos III.







En sus últimos siglos, el monasterio sufrió varios incendios que resultaron devastadores. Con el último de ellos, en 1675, que duró tres días, se perdió la habitabilidad necesaria para la vida monacal, por lo que se planificó la edificación del Monasterio Nuevo.









El Monasterio Nuevo de estilo Barroco, hoy reconstruido y abrigado por la arquitectura moderna va equipado por grandes instalaciones que la componen: Restaurante, sala de exposiciones y hospedería. Junto a este gran edificio existe un centro de interpretación de la naturaleza del lugar.











Paseando por sus amplios espacios podrás conocer la historia de los dos monasterios, incluso los departamentos que existían dentro de el; el pajar, la sala de operaciones, talleres de herrería, la panadería, todo envuelto por espacios diáfanos, luminosos y contemporáneos.






No hay comentarios:

Publicar un comentario